(Imagen de Gabriel Mestre de "La Mirada Erotica)
(Relato "Recordándote" de mi libro "El Paraíso de Eva")
Ahora cuando me vaya a la cama sé que me acordaré de ti. De esa ducha compartida en el hotel y de nuestra follada furtiva después. Sé que cerrando mis ojos, voy a sentirte otra vez conmigo y que no podré resistir la tentación de tocarme por debajo de las sábanas suaves, las tetas, los pezones, todo mi cuerpo. Mis manos se pierden entre mis piernas que aún están doloridas por tus últimas embestidas. Buscando esos rizos húmedos que hace nada ocupaban tu boca experta. Hoy como muchas otras noches estoy sola. Triste, pero con la libertad de poder recrearme en mis fantasías, en mis deseos, en ti.
Mis manos aprietan mis tetas apresando los pezones entre mis dedos, sintiendo como crecen y se endurecen.
Me retuerzo gimiendo, recordando tus dientes sobre ellos y los latigazos de tu lengua, bordeándolos, mojándolos.
En uno de los cajones de mi mesita de noche tengo lo que necesito hoy para saciar mi hambre y mis ganas de tenerte.
Mi mano roza la seda de la bolsita y sonrío. Aún recuerdo cuando entramos a comprarlo juntos y su uso después en el hotel. Esa imagen hace que mi coño se contraiga.
Mi lengua rodea el capullo de látex para lubricarlo y lo acerco a mi coño que ya babea. Aún veo tu cara de deseo antes de meter el consolador dentro de mí. Como tu brazo se tensa, empujando la polla de látex hacia lo más hondo. Mi mano se mueve, con la misma velocidad que recuerdo, pellizcando con la otra uno de mis pezones. Mis gemidos aumentan junto a las imágenes que se proyectan en mi mente. Tu mirada, clavada en la mía, tu expresión de deseo desbocado observando como mi cuerpo se arquea, preparándose para el orgasmo. Mi mano se aferra a la sábana, mi culo se tensa y mi velocidad aumenta.  Los chasquidos que produce la polla de látex, entrando y saliendo de mi coño, resuenan en la habitación, uniéndose a mis gemidos. Mis pezones se endurecen, como mi clítoris, haciendo que mi coño se abra, dejándome penetrar en él hasta el fondo. Recuerdo tu brazo forzando la entrada. Tu polla enorme palpitando entre tus piernas por la excitación. Y ahora, ese mismo orgasmo que me ahoga, que se acerca, tensando todo mi cuerpo. Mi coño se contrae apresando la polla de látex que me perfora sin descanso, provocando que los chorros de caldo salgan disparados mojando la cama.
Las convulsiones hacen que me retuerza entre las sábanas y que me corra con tu imagen y tu nombre en mi memoria.
Vídeo book de "El Paraíso de Eva" de la escritora Eva Monfort. Con las imágenes de Gabriel Mestre y La Mirada Erótica.