Por costumbre, cuando el hambre apremia acecho a mi presa... olfateo, rastreo, acorralo y ataco. Desde hace algún tiempo me obsesiona tu presencia, tus miradas tímidas que se posan en mis ojos por unos instantes... Con tu fragilidad estás despertando al animal, preparándose para cazar...

13 comentarios:

  1. Ten cuidado con las miradas tímidas que aveces ocultan a tremendas fieras.

    Buena caza.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Te dejo mi susurro tu oído, mi aliento en tu nuca, mi caricia en tu espalda, el mordico cuello, mi labio en tu senos y la marca de mis manos tus nalgas. Me llevo de ti tu mirad, tus sonrisa, tus gemidos, tu humedad y el calor de tu cuerpo :P

    ResponderEliminar
  4. Hola,preciosas letras van desnudando lentamente la pura e integral belleza de este blog,si te va la palabra elegida, la poesía, te invito al mio,será un placer,es
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, buen día, besos reflexivos...

    ResponderEliminar
  5. Puedo ser tu presa...
    Sir Con

    ResponderEliminar
  6. Tienes mucha razón Fernando, pero el buen cazador ya sabe encontrar su presa...

    ResponderEliminar
  7. Fonfy... tus palabras son reflejo de las ganas de ser presa o cazador...

    ResponderEliminar
  8. Sit Con, ser presa no es una elección... es un hecho, una condición entre presa y cazador...

    ResponderEliminar
  9. Mirada felina, acecho, intuir el instante exacto del salto. La cacería es la mejor parte.

    ResponderEliminar
  10. Con todos los dulces y exquisiteces que abundan en Navidad, me entraron unas ganas locas de deleitarme con las palabras e imágenes de tu página, mmm, esto sí que está bueno, ya lo creo.

    ResponderEliminar
  11. Irene tus palabras suenan cercanas como las caricias...

    ResponderEliminar
  12. Intimista, no me suele gustar mucho lo dulce, prefiero sabores fuertes y picantes... aunque siempre es un deleite para los sentidos tenerte aquí conmigo.

    ResponderEliminar